Me pasaba solo a mi? O todos nos prometíamos, el primer día de clases, al estrenar el cuaderno, que este sí sería hermoso, todo subrayado y sin borrones, con la mejor letra y sin arrancar hojas.
Y ya, promediando la segunda semana, desertábamos de la misión sin remordimientos.
Me pasaba solo a mi, eh?
Y ya, promediando la segunda semana, desertábamos de la misión sin remordimientos.
Me pasaba solo a mi, eh?
3 comentarios:
jajajaja... me trasladé a mi infancia (y adolescencia tambien)..
había olvidado esa costumbre, la primera hoja (en mi caso, nunca logré pasar la primera hoja) era una cosa perfecta, letrita redondeada, grande, como hacían las nenas prolijas.
luego...bueno, volvía a ser yo.
besos leidi!
No arrancar hojas me era imposible, pero sin ser el rey de la pulcritud, me gustaba que lo poco que escribía en el cuaderno SE VIERA bien. Ya sabía de marketing, packaging y esas yerbas, porque ¿quién iba a creer que ese cuaderno era el de un palurdo como yo?
No, no, no. Eso es condición inherente a todas las personas que tienen cuadernos.
Gracias por pasar y vincular.
Saludos,
José.
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