Cuestión de escalas

Hay ideas que nunca anidarán en tu cabeza, hay preguntas que en la vida te harás, hay cuestiones que jamás te quitarán el sueño. El conflicto de las escalas era para mi eso, asunto de matemáticos, ingenieros o arquitectos, hasta que la tesis me puso cara a cara con este dilema.
La ecología, se sabe, tiene un grave problema con el uso, o mal uso, de las escalas. No es lo mismo disponer de 1 metro que de 1000 hectáreas para investigar concienzudamente la vida de grandes felinos. Los resultados, serán absolutamente diferentes si considero una hora o tres días para una bacteria. Por tomar ejemplos extremos.
Yo, como muchos, me compenetré de tal manera con la teoría, que estas cuestiones se trasladaron a mi vida cotidiana, mas allá de las lagunas, de las estaciones, de los bichos esos con que trabajo, las escalas invadieron mi existencia diaria y mundana.
Así, me encontré un día afligida, combinando tiempo y espacio, ansiando entender como es que la vida del humano mas longevo, del ser mas exitoso, del conquistador mas glorioso, son solo milésimas de segundos en la historia de este planeta, que además es un punto en esta galaxia, que encima es apenas una de las tantas que forman parte del universo.
Que inservible entonces la misión homicida del imbécil de Bush (como tantos otros!), que lucha por un pedazo, de un cosito en el medio de la inmensidad y que ,sin embargo, provoca un desastre en el seno de una familia a la que le matan el único hijo, centro de su vida, su existencia, su universo, su todo. Así como el árbol que cae en el medio de una selva poblada de cientos de ellos, un solo árbol entre miles, un solo árbol para una selva tan densa. Un solo árbol que, sin embargo, extermina una población de insectos que habitaban sus ramas.
Hay también escalas de asco, distintos grados de empatía que nos arrastran a aceptar sin remordimientos el destino justo de esa cucaracha bajo la suela de mis zapatos y, al mismo tiempo, nos atrapa indignados al ver esos tipos con traje naranja, empuñando palos, dispuestos a terminar con la vida de unos desamparados cachorros de foca. Cucarachas y focas, miles de años de laboriosa evolución (minutos para otra escala), para alcanzar, en cada caso, una maquinaria perfecta y adaptada al medio.
Las escalas, se achican y agrandan, se tuercen, se doblan, suben, bajan, se acomodan.
Por qué, entonces, me está costando tanto entender que debo subestimar algunos pequeños reveses que han surgido en este último tiempo?, dificultades minúsculas, comparadas con realidades que me han tocado vivir en un pasado no muy lejano. Es más, serán fugaces instantes en mi efímera existencia dentro de este mundo que lleva soplando la friolera de 4650 millones de velas.