A ver, la niña topadora cursó nuestra materia hace un par de años. Buena alumna, pero buena de las que me gustan a mi. Es decir, de las que sacan 8 o 9 pero sabés que entienden todo, a diferencia de otros que se llevan un 10 con las ideas aprendidas de memoria y frágilmente sujetas con broches de ropa.
La niña topadora, recibe su apodo por esa energía desbordada y movilizante que la lleva a concretar todo lo que se propone. En ese pequeño cuerpito almacena cantidades importante de atrevimiento positivo que hoy la pusieron en las puertas de su sueño.
La niña topadora hace unos días golpeó la puerta del lab, pidió una charla y me contó su itinerario,(impresionante!), su objeto de estudio (sana envidia de mi parte), y su destino (plop!).
La niña topadora, luego de la breve introducción, me hizo una propuesta. Si bien esos que ella estudia están muy lejos de éstas con las que trabajo yo, no me pude negar. En parte porque es aceptable su argumento de que, aunque estudiamos bichos muy diferentes, ella me necesita para la estadística y en parte porque su sueño es un poco el mío, aquel de hace, a ver……15 años atrás.
La niña topadora vino a sacudirme con su proyecto, me ví un poco reflejada, casi en todo. Yo también estaba enamorada de aquellos gigantes colorados de Sumatra y Borneo, mi heroína mucho tiempo fue Dian Fossey y vi 300 veces “Gorilas en la niebla”, mi habitación estaba empapelada con fotos y cuadros detallados de la sistemática de todo el grupo, los de acá y los delviejomundo también.
La niña topadora y yo perseguimos, en momentos distintos, exactamente la misma quimera y el hecho de que me elija me hace sentir que, tal vez, me acerco un poquito.
Es cierto, la niña topadora se puso como meta hoy, lo mismo que yo cuando empecé la carrera, eso sí, ella se mueve con súper sin plomo y a eso no hay con que darle!
La niña topadora, recibe su apodo por esa energía desbordada y movilizante que la lleva a concretar todo lo que se propone. En ese pequeño cuerpito almacena cantidades importante de atrevimiento positivo que hoy la pusieron en las puertas de su sueño.
La niña topadora hace unos días golpeó la puerta del lab, pidió una charla y me contó su itinerario,(impresionante!), su objeto de estudio (sana envidia de mi parte), y su destino (plop!).
La niña topadora, luego de la breve introducción, me hizo una propuesta. Si bien esos que ella estudia están muy lejos de éstas con las que trabajo yo, no me pude negar. En parte porque es aceptable su argumento de que, aunque estudiamos bichos muy diferentes, ella me necesita para la estadística y en parte porque su sueño es un poco el mío, aquel de hace, a ver……15 años atrás.
La niña topadora vino a sacudirme con su proyecto, me ví un poco reflejada, casi en todo. Yo también estaba enamorada de aquellos gigantes colorados de Sumatra y Borneo, mi heroína mucho tiempo fue Dian Fossey y vi 300 veces “Gorilas en la niebla”, mi habitación estaba empapelada con fotos y cuadros detallados de la sistemática de todo el grupo, los de acá y los delviejomundo también.
La niña topadora y yo perseguimos, en momentos distintos, exactamente la misma quimera y el hecho de que me elija me hace sentir que, tal vez, me acerco un poquito.
Es cierto, la niña topadora se puso como meta hoy, lo mismo que yo cuando empecé la carrera, eso sí, ella se mueve con súper sin plomo y a eso no hay con que darle!
1 comentario:
... y cuenta con tecnologías que hace 15 años no había, a saber: entrevistas a distancia por Skype, google, wikipedia, bibliotecas virtuales, material videográfico a alcance de la mano...
no tiene excusas la niña topadora para hacer una puesta monumental!
Milady, un gusto volver a leerla... y ojalá podamos conocer cómo sigue la historia de esta niña tan tenaz!!
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