lunes, 23 de abril de 2007

Descontracturante


No me pudiste haber traído una noticia más reconfortante ayer. Sobre todo un domingo, deprimente y chato.
Relatarme que: se alquilo la casa de enfrente, conocemos a la locataria, es kinesióloga, su consultorio será justamente allí, atiende con nuestra obra social y que SI!, me va a macerar esta espalda que tu hija (nuestra hija) esta soldando como un caparazón.

Me lo dijiste así, todo de un tirón y sin respirar. Yo, con una sonrisa de lado a lado.

Que notición!. Eso es lo bueno de ser pobre e intrascendente, menudencias como estas te convencen de que la suerte se va exorcizando a tu favor.

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