No hay caso, carezco de glamour. No tengo tiempo ni paciencia para inventarme un estilo. Me lo he propuesto mil veces, pero no, no hay caso, me entrego de inmediato rendida por la fiaca de tener que estar pensando que ponerme, que con que, que ni loca y que dos cosas de ningún modo al mismo tiempo.
Claro, que mi trabajo tampoco ayuda. Ir a laburar con botas, polleras o un elegante atuendo solo serviría para arruinarlas Así la historia, ando yo por el mundo perpetuamente en jeans, remeras, cargos, sweters y zapatillas.
Hasta acá, de todas maneras, venimos bien. Yo me he asumido así desde hace tiempo y me reconozco así como la mejor versión de mi misma. Intenté en algunas ocasiones formalizar o sofisticar un poco mi vestuario, pero sinceramente me veo dis-fra-za-da y, sobre todo, incómoda.
Tampoco me maquillo, por el simple hecho de que mi cara me gusta más (me gusta?) así alnatural, que disimulada entre polvos, cremas, brillos y colores.
Claro, que mi trabajo tampoco ayuda. Ir a laburar con botas, polleras o un elegante atuendo solo serviría para arruinarlas Así la historia, ando yo por el mundo perpetuamente en jeans, remeras, cargos, sweters y zapatillas.
Hasta acá, de todas maneras, venimos bien. Yo me he asumido así desde hace tiempo y me reconozco así como la mejor versión de mi misma. Intenté en algunas ocasiones formalizar o sofisticar un poco mi vestuario, pero sinceramente me veo dis-fra-za-da y, sobre todo, incómoda.
Tampoco me maquillo, por el simple hecho de que mi cara me gusta más (me gusta?) así alnatural, que disimulada entre polvos, cremas, brillos y colores.
De mis pelos, ni hablemos, solo basta con resaltar que soy la prueba viviente de que el Anti-frizz es una terrible farsa.
Hasta aquí, decía, todo bien. Superada, aceptada, tranqui.
Aunque ayer, iba por la calle con mi niña y me crucé con otra mujer de (estimé a vuelo rasante) mi misma edad y su hija (bebota como la mía), impecables ambas. Una (la madre) vestida perfecta, botas exquisitas, cabellos brillantes y prolijos, maquillaje en composé. La otra (la nena) de rosa total, delicado (no el rosa “roshhhado”), zapatitos blancos, tapadito, bueh…un primor. Lindas, coquetas, cómplices. Llevándose todo por delante con absoluta naturalidad.
Seguí caminando y ya llegando a la esquina, los espejados vidrios del banco me devolvieron nuestra realidad. Yo, digamos alarmantemente informal y M. (la nena) con buzo gris heredado del primo, camperita verde (legado también) y zapatillas (esas si, esas las estrenó ella). Tal para cual. Nosotras también haciendo juego.
Y entonces me terminó de caer la ficha. Esta nena tendrá opción al glamour, o yo no le daré chance? Elegimos o imitamos?. Pocas veces me verá pintándome las uñas, jamás descubrirá un neceser lleno de cosméticos (no existe), no tendrá recuerdos de su madre invirtiendo horas y horas en la peluquería o autoflagelándose porque no le alcanza la guita para adquirir aquel par de zapatos taco 7cm 100% cuero.
Su contacto con el mundo femenino, que podríamos compartir, estará restringido a: depiladora (fundamental), cremas para el cuerpo (eso si que me gusta) y amor por los jabones, esencias y la higiene rigurosa (lo asumo, un TOC).
Yo espero que ella, como yo, lo viva sin sufrimiento. Después de todo, yo soy el reflejo de mi madre (su abuela) en ese aspecto y no se me ocurre/ió ningún reproche para con ella hasta el día de la fecha.
En fin, que sea lo que quiera, como quiera, pero que sea. Protagonista absoluta de su historia. Y ya que estamos, que me disculpe si no sabré advertirle cuando algo no combina, si precisa mas maquillaje o si la cartera debería ser mas pequeña. Después de todo, lo único que me importa que tenga bien claro es que, para mi ella va a ser hermosa siempre, vista el trapo que vista. Y ya elegí, la imagen más bonita que me voy grabar en la cabeza, es la de ella en bolas, a la hora del baño y su carita explotando de felicidad porque todavía no la saco del agua y la dejo jugar un ratito más.
Hasta aquí, decía, todo bien. Superada, aceptada, tranqui.
Aunque ayer, iba por la calle con mi niña y me crucé con otra mujer de (estimé a vuelo rasante) mi misma edad y su hija (bebota como la mía), impecables ambas. Una (la madre) vestida perfecta, botas exquisitas, cabellos brillantes y prolijos, maquillaje en composé. La otra (la nena) de rosa total, delicado (no el rosa “roshhhado”), zapatitos blancos, tapadito, bueh…un primor. Lindas, coquetas, cómplices. Llevándose todo por delante con absoluta naturalidad.
Seguí caminando y ya llegando a la esquina, los espejados vidrios del banco me devolvieron nuestra realidad. Yo, digamos alarmantemente informal y M. (la nena) con buzo gris heredado del primo, camperita verde (legado también) y zapatillas (esas si, esas las estrenó ella). Tal para cual. Nosotras también haciendo juego.
Y entonces me terminó de caer la ficha. Esta nena tendrá opción al glamour, o yo no le daré chance? Elegimos o imitamos?. Pocas veces me verá pintándome las uñas, jamás descubrirá un neceser lleno de cosméticos (no existe), no tendrá recuerdos de su madre invirtiendo horas y horas en la peluquería o autoflagelándose porque no le alcanza la guita para adquirir aquel par de zapatos taco 7cm 100% cuero.
Su contacto con el mundo femenino, que podríamos compartir, estará restringido a: depiladora (fundamental), cremas para el cuerpo (eso si que me gusta) y amor por los jabones, esencias y la higiene rigurosa (lo asumo, un TOC).
Yo espero que ella, como yo, lo viva sin sufrimiento. Después de todo, yo soy el reflejo de mi madre (su abuela) en ese aspecto y no se me ocurre/ió ningún reproche para con ella hasta el día de la fecha.
En fin, que sea lo que quiera, como quiera, pero que sea. Protagonista absoluta de su historia. Y ya que estamos, que me disculpe si no sabré advertirle cuando algo no combina, si precisa mas maquillaje o si la cartera debería ser mas pequeña. Después de todo, lo único que me importa que tenga bien claro es que, para mi ella va a ser hermosa siempre, vista el trapo que vista. Y ya elegí, la imagen más bonita que me voy grabar en la cabeza, es la de ella en bolas, a la hora del baño y su carita explotando de felicidad porque todavía no la saco del agua y la dejo jugar un ratito más.
5 comentarios:
Mire, Lady: identificación total con usted.
Hace poco me hicieron notar que no tengo traje. No los uso ni cuando voy a casamientos. Y si la fiesta EXIGE llevarlo, no voy. No me interesa.
Y sé que en mi futuro quizá haya uno, y me angustio.
Y sí, seré siempre el mismo, como dice un amigo desde hace veinte años.
Su hija está recibiendo algo que quizá (digo "quizá", por darle margen a esa madre) esa nena rosadita no reciba: lo que vale es lo de adentro.
Usted, Milady, es mi modelo de madre... sabe? La felicito. Que sea capaz de detenerse a reflexionar sobre esto, ya plantea para su hijita una opción a futuro. Estoy muy convencida de que ella será ni más ni menos quien elija ser...
Si le sirve de algo, soy la hija palurda de una mamá que siempre está arreglada; pintadita (muy suavemente es cierto) hasta para salir a caminar al parque. Y sin embargo, nunca coartó mi posibilidad de elección en cuestiones de estilo. Las dos somos muy clásicas, pero ella se produce a conciencia y convencida, sin imponerme jamás su estilo. Obviamente, algunas puntas me tira: no pierde la esperanza de verme más seguido con pollera y botas.
Puedo hacer ciertas concesiones a veces; sin embargo, moriré en la mía, que es también la suya de usted :D
Un gran abrazo, y derretimientos varios para M.!
:)
kédese tranki leidi!!!
mi madre siempre ha sido muuuy cuidadosa de su imagen, y así y todo yo salí... como salí.
la ke no pierde esperanzas es mi abuela Peli, ke siempre ke puede me dice ke me peine, ke me vista mejor, etcéteras....
lo mejor de todo: el hecho de tener una mamá ke desde el vamos desea para su hija ke pueda elegir libremente kien ser y cómo ser.
por otro lado... amo los bebés y niñitos ke van por la vida así, tan antifashions!!!!
besotes a ambas!
Milady!
http://cassandracross.blogspot.com/2007/06/lo-que-nunca-quisieron-saber-de-cass.html
La he nominado.
Espero no se enoje. Es apenas una invitación sin compromiso ni fines de lucro...
Besos!
Fender: como ya conté por aquí (http://a-ver-si-nos-entendemos.blogspot.com/) y al igual que vos, he asistido a los últimos 10 (por lo menos) casamientos con el mismo conjunto: vestido negro+sandalias negras.
En las fotos de lo casorios de la mayoría de mis amigas, estamos los tres (yo+vestido negro+sandalias) posando relajados.
No sabés que descontracturado se siente deshacerse de algunas normas de etiqueta, por ejemplo repetir el mismo vestido para todos y cada uno de los eventos elegantes, en un lugar tan chico como éste en el que vivo.
Saludos
Cassandra: eso mismo! lo importante es que te respeten la elección. Si mi hija me sale arregladita, me instruiré para asistirla sin que se pase de rosca y me pida las extensiones para el primer día de clases, en jardín de infantes. Gracias por pasar siempre.
Gracias por la nominación/invitación. No me enoja, por supuesto. En cuanto me concentre un poco sigo la corrientes. Besos
Julika: Bingo! Mi abuela también era coqueta y hasta el último día de vida, creo, esperó que su única nieta mujer (osea yo) se le enderece para el lado del glamour. No fue posible, de todas maneras me quisoy respetó asi torcida y todo!.
saludos
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