lunes, 11 de junio de 2007

Producto de peligrosas sinapsis: ¡Tengo equipo!


Es un hecho, las distintas parcelas de mi cerebro están distribuidas de alguna perturbada manera que induce a que, de tanto en tanto, dos ideas que no deberían confluir en un mismo análisis, se junten y me desvelen. Todo producto de caprichosas sinapsis.
Anoche, sin ir más lejos, tuvo lugar este extraño fenómeno. Expongo a continuación el caso.

Idea 1:
¿Cuánto tardamos en elegir un nombre?
Un nombre para un hijo, para un negocio, para un blog. La decisión se demora intentando escoger la opción más acertada.
La elección habla de muchas cosas, de un objetivo, de un espacio, de dimensiones, de una posición económica, de un contexto, ¡de una idea!
Los padres invierten tiempo y, en muchos casos, resignan la paz familiar en el intento de dar con el nombre correcto para “la criatura”. El comerciante que abrirá el nuevo local ansía que esa palabra (o puñado de palabras) transmita el concepto o la esencia de su servicio. El tipo que crea su blog, no lo bautiza al azar, busca en un mismo acto originalidad y exclusividad. ¡Que cosa con los nombres!

Idea 2:
¡Cómo me aburre mirar deportes!
No, ¡no me puedo concentrar! Y mirá que esto de estar rodeada de varones tendría que haberme dotado de armas para superar este momento, pero no. Me fastidio al límite del homicidio.
¿Y el básquet?, no me engancho. Y eso que es la final de la NBA. Bueno, por suerte, la Liga Nacional terminó hace unos días (ganó Boca).
Siempre lo mismo, me propongo entusiasmarme y promediando el primer cuarto me entrego a divagues mentales, las imágenes pasan sin conectarse realmente con las ideas. De pronto, una pregunta que exige respuesta elaborada con respecto al juego y, otra vez yo, confesando que me aburro, que ni se lo que está pasando. Siempre lo mismo.

Análisis y confluencia:
Me digo: Bueno, Lady armate de paciencia que hoy no hay opción, vemos NBA. Es la final, llegaron Ginobilli y Oberto, son argentinos y A. no se lo pierde ni loco. Dale vieja, ¡ponéle onda!
Si, llegaron los argentinos, con los San Antonio “Spurs”.
Mmm “spurs” que nombre mas insulso. San Antonio “espuelas”.
Ahhh!!!, claro estos tienen nombres, digamos, originales junto al lugar del que procede el club. Así están los Chicago “Bulls”, Los Angeles “Lakers”, Boston “Celtics”, Atlanta “Hawks”, Cleveland “Cavaliers”, Detroit “Pistons”…..y así.
Para enriquecer el análisis consulto:
Yo ¿Todos los equipos de la NBA tienen esos nombres?
Él: Si, todos (claramente concentrado en el partido)
Yo: ahhhhh, ¿me decís todos?
Él:………
Yo: ¡cheeee! ¿Me decís todos?
Él: ¿Para qué?
Yo: Dale, para saber nomás
Él: Bueno (y arranca con la lista).
Decía algunos, se detenía, volvía a repetir los que ya había nombrado. Había pausas interminables que coincidían con instantes neurálgicos del juego, con un “dale” mío reanudaba. Yo mientras hacía las traducciones mentalmente. Algunos nombres me parecieron realmente una cagada. Otros zafaban.
Al final, cuando ya sentenciaba que no había ningún nombre impactante….
Él: Ahhh, los Toronto “Raptors”, ese me faltaba.
Yo: Buenísimo, que buen nombre. Raptors! Toronto “raptors”, va justo con el espíritu del juego. Raptors (repetía).
El:………(otro triple de Ginobilli)
Yo: ¿Cuál es el logo?, ¿un dinosaurio?
El: Un dinosaurio
Yo. Cuantas veces campeón?
El: Nunca. No desciende porque en la NBA no hay descensos.
Yo: ¿Qué lástima! Justo el que tiene el nombre mas curtido y no ganó nunca. ¿Y que dinosaurio?
El: Un dinosaurio
Yo: Si, ¿pero cuál? ¿Un Velociraptor?
Él: Un dinosaurio, así como un……dinosaurio.
Yo: Bueno no importa (yo después me fijo). ¡¡¡Capo!!!. Que bueno, ¡“Raptors”!.
Él: ¿Vos estás bien?
Yo: Si, ¿por? Es más, de aquí en adelante seguiré la campaña de los Toronto “Raptors”, ¡ja! Raptors, que nombre más groso. Yo soy de los Toronto Raptors. ¡Raptors, man! ¡Que buen nombre!
El ya no me dio mucha bola, se rió un poco, movió la cabeza y levanto las cejas como confirmando que duerme todas las noches con una chiflada. Me dio un beso y siguió con su partido.
Yo me di vuelta y hasta que me ganó el sueño seguí pensando en los Toronto “Raptors”, ¡que buen nombre! Al momento de elegirlo seguro se imaginaban a su equipo como un temido depredador, que se comería vivo a sus contrincantes. Pero no, ahí estaban en la final las frías “espuelas” contra los estirados “cavaliers”.
Todos se meriendan a los raptors, una lástima que sean tan ladris!


P/D: Confirmado, salvo algunos detalles irrelevantes, estamos en condiciones de confirmar que el dinosaurio del logo de los raptors intenta reproducir un velociraptor.

2 comentarios:

Fender dijo...

Si, esas cosas "de color" suelen ser atrapantes para personas que no prestan atención a lo que presta el que realmente está interesado en quién gana, porqué; pero mirá si ese Juez no está ciego, qué ves, hijo de puta, qué cobrás, si fue el de rojo, etc.
Tal cual pasa en los mundiales, en los que "las chicas" andan preguntando porqué juega "ese feo, el 10" habiendo jugadores tan lindos como Caniggia.

:D

Si le sirve de consuelo, me aburren los deportes. No es condición ser mujer. Fui futbolero, mientras duró mi ingenuidad.

Cassandra Cross dijo...

jajajaja
yo soy de hacer ese tipo de asociaciones...
claro, cuando no agarro un libro y me doy vuelta a ignorar debidamente el evento.