jueves, 14 de junio de 2007

Mala suerte


Mala suerte, lo que yo llamo mala suerte, sería revelarle a tu marido que ese tipo, digamos, famoso (y por lo tanto inalcanzable) te parece fachero, y que te gusta. Confesárselo así, de aburrida nomás con la impunidad que te dispensa el saber que jamás el destino los cruzará en la misma vereda.
Mala suerte entonces, sería que él (tu marido) conociendo las distancias que pone la popularidad y, por que no, la situación geográfica, se ría de tu elección, la acepte superado y aproveche entonces para declararte su calentura por la Fulop.
Mala a suerte, decía, es que de pronto y sin anestesia, ese tipo termine siendo amigo de tu marido (por las vueltas de la vida) y vaya cada tanto a tu casa, se siente a tu mesa y charle despreocupado.
Mala suerte, reitero, sería ver la mirada divertida de tu esposo disfrutando lo espectacularmente incómoda que te hace sentir la situación. Mientras que tu sentimiento idealizado se desmorona, desvanece y vira a estima y amistad sincera con absoluta naturalidad.
Mala suerte, todo eso.
Pero lo que resultaría una verdadera catástrofe, con consecuencias diametralmente opuestas (como todo lo inherente a la combinación XY), es que un día, sin entender como ni por qué, venga y se te haga amiga la Fulop!!!!!!.

2 comentarios:

Cassandra Cross dijo...

jajajajaja!
Milady, más que mala suerte, eso se llama Fa-Ta-Li-Dad...

Ciruja dijo...

Quisiera correr tu suerte! Y la población masculina en su totalidad concuerda conmigo.

Perdón..la tentación del comment.

Un saludo.