viernes, 25 de abril de 2008

Doña

A propósito de las clases del primer cuatrimestre y la posibilidad, prácticamente un hecho, de dictar otras durante el segundo. De esto de ser grande, pero no querer. De hacer todo lo posible por que no duela tanto crecer. Enredada con eso, decía. Viendo como ponerlo en un post para que se entienda, mi exacto estado de ánimo con respecto a lo que soy y lo que se espera de mí.
Bueno, no va que en medio de todas estas ideas inconexas, luchando por encontrar una continuidad lógica en dos o tres párrafos, me tomo un recreo y paseando por los mismos lugares de siempre me encuentro su post, éste, tan en sintonía, tan, tan…..que entiendo que ya no es necesario mi esfuerzo. Ella lo hace mejor, ella lo explica muy bien.
Eso, yo también quiero seguir dando clases con las All-Star y mis jean que me dan ese “ondón” tan yo, pero algo me dice que no. Hay otra Lady, un toque menos casual, que espera ansiosa esta metamorfosis. Yo me hago la que no la veo. Pero esta al acecho, te juro. Ya se calzó unas chatitas, mirá! se sacó los jeans. Es más, creo que tiene un peine en la mano, oh!........lo he demorado, tanto como pude, pero llega: este es el principio del fin. Estaré empezando a ser señora?.
No hay derecho! Ni modo….dijo el Chavo.

2 comentarios:

Cassandra Cross dijo...

A todas nos llega eventualmente, milady. Pero ahí siguen los jeans, la cara lavada, las zapatillas. Nunca se van, lo demás es de ocasión.

Salud y buena vida, siempre!

PD: me gustó mucho su recomendación :-) )

Mae Ortiz dijo...

Llega ese momento, pero siempre hay que guardar lugar para la pendex revolucionaria: la de pantalones a lo marley y morral de colores. Hay que salir a caminar de vez en cuando sola, con esas topper que no me saco ni de coña, fumando un puchito, en medio de la tarde tarde, con lo que te gusta (siempre revolucionario) tronando en tus oídos. Como profe, con mamaderas y pañales...siempre una misma.