martes, 29 de julio de 2008

Entre el Espanto y la Ternura

"Luismi vendió 10 mil entradas en sólo 48 horas", leo en la página de yahoo Argentina.
A propósito, yo supe que mi marido era macho, macho, el día que me declaró despojado de cualquier culpa que, si bien adoraba a Silvio, Pablo, Luis Eduardo y afines (cosa que nos unía en un enfermizo y pocas veces comprendido fanatismo por la trova) o le encantaba Sabina, Serrat, el tango y otras delicias . También gustaba de escuchar, es más tenía toda la discografía, de Luis Miguel.
Mi primera reacción, fue pensar: -no, nnnnnnnnno escuche bien.
Error, había escuchado perfectamente. De inmediato me bloqueó el horror. No, no podría yo mantener ningún tipo de relación interesante con un tipo que se deleitaba oyendo a ese gordo, horrible, soberbio que se cree Sinatra pero que, discúlpeme cuate, no se le parece ni por arrimo.
Decía, que semejante confesión resultó un verdadero cimbronazo a mi espíritu de conquista. Este muchacho grandote, de cara varonil (por demás) y que prometía cordura me develo absolutamente despojado de cualquier vislumbre de vergüenza que había asistido a recitales y que tenia todos los Cd´s (cual quinceañera regente de club de fans) del mexicanote vanidoso, ése el de los dientazos separados. Me lo soltó así, sin ponerse colorado, como apuntándome: -Mire señorita todo estoy soy, lo que compartimos y lo otro también. Me importa tres carajos si “queda bien” que me guste o no. Usted decida.
No me atreví a indagar mucho más, temía otras confidencias y así enterarme que atesoraba pósters, binchas o una cartuchera con cierre doble y Luismi en la tapa haciendo pucherito y luciendo su estilo Leon-o de los ochenta. Por suerte nada de eso formaba parte de su fanatizado ajuar, sí los compactos.
Hoy, tomando distancia, creo encontrarle alguna explicación al tema. Mi teoría es que Luis Miguel y sus empalagosos acordes operaban como Cuca-trap. Tal vez es una explicación que me invento para adormilar el pavor que me provoca saber que esas cajitas mugrientas me miran burlonas desde la estantería.
Te lo digo así, fue ese día y no otro, en el que supe que el tipo era macho. Bien varón! Como el que probó y volvió, viste? Bueno, algo así pero con los mariachis de fondo y con el culo al aire.
Si, a mi también me da mucha impresión, pero aprendí a convivir con ella.

3 comentarios:

Fender dijo...

¿Estás segura de que no...? Mirá que a muchos les pasa que después de muuuuuuchos, pero muuuuuuuchos años...

XD

Lady Kelvin dijo...

Buenas Fender!
Seeee estoy segura, bien varón!
Saludos

Cassandra Cross dijo...

Qué patotero, don Fender.
No me haga hablar, mire.
Jua!

Doña Kelvin, mi más sentido pésame por ese pecado de su santo varón. Piense que hay cosas peores. Sí, créame. Mucho peores. Y sólo en materia de música!

Saludazos.