miércoles, 29 de octubre de 2008

Si yo fuera mis amigas, hace rato que hubiera dejado de ser amiga mía.
Totalmente borrada ando. Fiaca, cómoda.
Creo que A. va a terminar teniendo razón, cuando me dice que esta falta de reciprocidad para con la perrada me va a dejar sola, y me psicopatea con el tema. Yo le pongo ejemplos de amiguísimos que jamás se reportan si no es él quién motiva el encuentro, y no por eso los quiere menos o los deja de lado. Él argumenta y contraataca con el tema distancia, que en mi caso no aplica porque se reduce a cuadras.
Hace pocos días, ellas, mis amigas, se encargaron de hacerme saber vía msn, que fueron a ver la película esa de Suar y Bertucceli y coincidieron en que soy fiel reflejo de la protagonista. Sin más detalles.
-¿En qué?, me pregunté entusiasmada. Y allá fui en busca de info.
Leí un poco sobre la peli en Internet, vi avances también.
Veo que la tienen clara, guarangas de mierda!.
Me tomaré mi tiempo para llamarlas, igual estoy tranquila, sigo siendo el alma de la fiesta y a quién el mozo invariablemente traerá la cuenta porque reconoce en mí el liderazgo (estamos todas de acuerdo que por mi pinta no deduce que sea yo la más pudiente y desprendida).
Mientras formalizo el retorno, las dejo que se sigan juntando y contentándose con los programas desteñidos esos que arman, carentes de mi angelada presencia.
Ya volveré con mis ñañas y llevaré a sus vidas, nuevamente, puro Rock and roll.

1 comentario:

Cassandra Cross dijo...

Si le consuela de algo, somos dos.
Pasé de ser exactamente como A. a ser exactamente como usted, sin escalas y en cuestión de meses.
Posiblemente me quede más sola que Kung Fu, pero al menos me ahorro la desilusión de volver a buscar gente que nunca está disponible cuando la necesito (mire que yo rara vez pido, pero cuando pido... es por verdadera necesidad)

Salute!