Viste que hay música que esta BIEN escuchar y música que NO DÁ?
Viste que hay series que mirás si sos cool y otras que son para el montón?
Viste que hay autores que SI y otros que, por supuesto que NO?
Viste que hay gente que no tiene tele porque sólo ve series o películas que baja de la web?
Viste que algunos tienen twitter y otros tienen facebook?
Bueno, creo que me entendés de que viene la cosa. Vos y yo sabemos cual es el lado que suma y cual el que resta.
Te cuento, no se bien cuánto me estaría dando la cuenta, porque te salto de un lado al otro con naturalidad escalofriante.
lunes, 4 de julio de 2011
viernes, 1 de julio de 2011
Anoche, después de mucho tiempo soñé lindo. No, no soñé con vos, voy empezando a resignarme con eso. Creo ser la única que todavía, a 7 meses de la última vez que te dí un abrazo largo, fuerte y apretado, no te pude soñar. Bueno, un par de veces soñé cosas que tenían que ver con vos, en una era un sentimiento de angustia porque no podía conseguirte un medicamento y en otra estabas ahí, en una reunión, pero no interactuábamos, cada uno estaba en lo suyo pasándola bien con amigos.
Yo quiero soñar que hablamos, quiero soñar que me decís que estas mejor así, que ahora no te duele nada y que el alivio que se siente es inigualable. Ojo, yo sospecho que en realidad te sueño mucho, sólo que al despertarme no me acuerdo. En fin, decía que anoche, soñé lindo porque me desperté con el sentimiento en la boca del estómago. En ese sueño yo conocía un chico y hablábamos y paseábamos y al final tomábamos un helado y me daba un beso, tímido, pero beso al fin. Y, después de mucho tiempo, sentí otra vez lo lindo que es cuando alguien está pendiente de vos, te halaga y le gustás. Ser elegida por uno que, además, quiere demostrártelo. Todo muy naif, raro.
Entonces me levanté contenta y a media mañana me divirtió pensar que, tal vez, vos no querés que te sueñe y me ponés ese extraño sujeto desconocido ahí en el centro del subconsciente regalándome un helado y un primer beso, para recordarme que siempre se puede volver a empezar. Pero claro, nada es tan fácil para las cabezas retorcidas, éste es el punto en el que te das cuenta que el fundamentalismo de lo escéptico tiene también su costado flojito. Pero me resisto, voy acomodando esta certeza irremediable de que no nos volveremos a ver nunca más, entre todos los impulsos involuntarios de hablarte mentalmente o la ingenuidad de sentir que me acompañas cuando estoy complicada. Mientras tanto, juego a que me mandas mensajes oníricos y me empujas a seguir, y yo te escribo en el blog.
Me sorprendo pensando estas boludeces, porque vengo a darme cuenta lo incómodo que es ser ateo cuando se te muere el amor de tu vida.
Yo quiero soñar que hablamos, quiero soñar que me decís que estas mejor así, que ahora no te duele nada y que el alivio que se siente es inigualable. Ojo, yo sospecho que en realidad te sueño mucho, sólo que al despertarme no me acuerdo. En fin, decía que anoche, soñé lindo porque me desperté con el sentimiento en la boca del estómago. En ese sueño yo conocía un chico y hablábamos y paseábamos y al final tomábamos un helado y me daba un beso, tímido, pero beso al fin. Y, después de mucho tiempo, sentí otra vez lo lindo que es cuando alguien está pendiente de vos, te halaga y le gustás. Ser elegida por uno que, además, quiere demostrártelo. Todo muy naif, raro.
Entonces me levanté contenta y a media mañana me divirtió pensar que, tal vez, vos no querés que te sueñe y me ponés ese extraño sujeto desconocido ahí en el centro del subconsciente regalándome un helado y un primer beso, para recordarme que siempre se puede volver a empezar. Pero claro, nada es tan fácil para las cabezas retorcidas, éste es el punto en el que te das cuenta que el fundamentalismo de lo escéptico tiene también su costado flojito. Pero me resisto, voy acomodando esta certeza irremediable de que no nos volveremos a ver nunca más, entre todos los impulsos involuntarios de hablarte mentalmente o la ingenuidad de sentir que me acompañas cuando estoy complicada. Mientras tanto, juego a que me mandas mensajes oníricos y me empujas a seguir, y yo te escribo en el blog.
Me sorprendo pensando estas boludeces, porque vengo a darme cuenta lo incómodo que es ser ateo cuando se te muere el amor de tu vida.
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