viernes, 1 de julio de 2011

Anoche, después de mucho tiempo soñé lindo. No, no soñé con vos, voy empezando a resignarme con eso. Creo ser la única que todavía, a 7 meses de la última vez que te dí un abrazo largo, fuerte y apretado, no te pude soñar. Bueno, un par de veces soñé cosas que tenían que ver con vos, en una era un sentimiento de angustia porque no podía conseguirte un medicamento y en otra estabas ahí, en una reunión, pero no interactuábamos, cada uno estaba en lo suyo pasándola bien con amigos.
Yo quiero soñar que hablamos, quiero soñar que me decís que estas mejor así, que ahora no te duele nada y que el alivio que se siente es inigualable. Ojo, yo sospecho que en realidad te sueño mucho, sólo que al despertarme no me acuerdo. En fin, decía que anoche, soñé lindo porque me desperté con el sentimiento en la boca del estómago. En ese sueño yo conocía un chico y hablábamos y paseábamos y al final tomábamos un helado y me daba un beso, tímido, pero beso al fin. Y, después de mucho tiempo, sentí otra vez lo lindo que es cuando alguien está pendiente de vos, te halaga y le gustás. Ser elegida por uno que, además, quiere demostrártelo. Todo muy naif, raro.
Entonces me levanté contenta y a media mañana me divirtió pensar que, tal vez, vos no querés que te sueñe y me ponés ese extraño sujeto desconocido ahí en el centro del subconsciente regalándome un helado y un primer beso, para recordarme que siempre se puede volver a empezar. Pero claro, nada es tan fácil para las cabezas retorcidas, éste es el punto en el que te das cuenta que el fundamentalismo de lo escéptico tiene también su costado flojito. Pero me resisto, voy acomodando esta certeza irremediable de que no nos volveremos a ver nunca más, entre todos los impulsos involuntarios de hablarte mentalmente o la ingenuidad de sentir que me acompañas cuando estoy complicada. Mientras tanto, juego a que me mandas mensajes oníricos y me empujas a seguir, y yo te escribo en el blog.
Me sorprendo pensando estas boludeces, porque vengo a darme cuenta lo incómodo que es ser ateo cuando se te muere el amor de tu vida.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

(es el 2do comentario que hago y falla el envío grrrrr)
a lo nuestro
cuando ya estaba resignándome a que no aparecerías más por acá, me diste esta gran sorpresa lady, ALEGRÓN
y me sorprendió el tema, porque ha sido objeto de alguna conversación que he tenido últimamente, donde alguien me hizo ver ese lado flojito del escepticismo, y esa "incomodidad" que, parece, me está causando el ateísmo...
igual, qué se puede hacer no? a lo mejor, todo es más fácil para los que creen, no lo sé. a mi la naturaleza no me dotó con el dispositivo de la creencia, así que te entiendo, te entiendo
abrazo grande

Lady Kelvin dijo...

Así es, no hay caso! Le di vueltas al asunto y creo que me siento más cómoda como psicotica que como creyente. Saludos

Fender dijo...

Nudo en la garganta. Todo mi afecto, a la distancia y sin más contacto físico que estos (demasiado) tibios electrones.

Cassandra Cross dijo...

Soy otra de las personas que te extrañaban ya mucho, Lady. Y de una enamorada a otra, te digo que no hay palabras que definan estas ausencias. Simplemente no puedo imaginarlo.
Lo único que me sale decirte es que no me cabe ninguna duda de que ibas, y vas, a salir adelante. De lo que sea.
Enorme abrazo a la distancia de una lectora que, por raro que suene, te tiene en su corazón.

Lady Kelvin dijo...

Gracias a los dos, que locura esto del blog! Gracias otra vez, estamos bien y vamos bien. Escribo y borro, escribo y borro, escribo y guardo para después. Pero volvimos a escribir! un abrazo grande.

Maguita dijo...

oh, oh, oh! Descubrirte ahora... muy loco todo lo del blog. Igual, a mí el blog me da como vergüencita, no sé por qué. En fin, tanto para comentar que me quedo sin palabras. Te sigo leyendo, y qué bueno encontrarte.

Anónimo dijo...

ESTIMADOS HERMANOS:
Solicito mi sumo sacerdocio del Dios universal extraterrestre Celsius.

Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.

Anónimo dijo...

ESTIMADOS HERMANOS:
Solicito confirmarme como el alfa y la omega divina perpetuamente como el Dios universal extraterrestre Celsius.

Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.