Mis días tienen nombre propio, que yo le otorgo, claro, y música de fondo también de mi propia elección, por supuesto!.
Como un efecto en cadena se suceden mi ánimo, la búsqueda de alguien que le cante y el nombre asignado.
Tengo días Silvio en los que vengo complicada, enroscada con algo y entonces estoy abierta a leer entre líneas. También tengo días Luis Eduardo, que son de los más sexuales, decididamente sensuales. Otras veces, me entrego a lo mundano y efectivo, esos son mis días Joaquín. También me pongo en modo Pablo, y entonces son jornadas plácidas, transparentes, plenas.
Hay momentos, muchos en realidad, en que necesito no pensar, dejarme llevar por una buena percusión, sacudirme….ese es el punto, esos momentos pueden llamarse Gilberto, tranquilamente. Y cada tanto atropello con una friolera tal, que me animo a bautizarlos Rodrigo.
Mis días correctos se llaman Joan Manuel y cuando me sorprende algún arranque vernáculo son 24 horas de nombre Mercedes, Teresa o Jairo. De vez en cuando me salgo del control son horas sin nombre, yo las apodé Pity.
Tengo muchísimos días más, tantos como sensaciones, pero llevan nombres menos emblemáticos, aunque no por eso de arte mezquino. Entonces me los guardo, por ahora me los guardo.
Y ya que estoy, te cuento, el único día que me poseyó, me arrastró a un escenario y me hizo ganar cena para todos, un viernes, otro y otro, fue mi día Gilda. Yo una vez fui un día o, lo que es mejor, yo un día fui Gilda.
Y eso no es poco decir.
martes, 26 de febrero de 2008
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2 comentarios:
uy, qué mas! Cuántos días-musicales en común. Yo también tengo días Gildas, mezclados con todos los demás.
En serio Mae? Gilda te posee a vos tambien???? Pero quebarbaridá!.
Bueno, te cuento que desde tu primer comentario aquí sigo LOCUS! desde el google reader....ya voy a encontrar algo inteligente para comentar.....vos teneme paciencia.
Saludos!!
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