lunes, 25 de agosto de 2008

gajes del oficio

Con lo artículos me pasa que: mientras van y vienen con las correcciones de árbitros y editores, me presto al juego relajada.
Cuando lo que me toca revisar es la prueba de galera, la tensión aumenta, porque no es mucho lo que podés cambiar y siempre está ese miedo boludo a encontrar algo espeluznante, algún error grosero.
El colmo del nerviosismo, me aborda cuando tengo el ejemplar ya publicado en la mano, o una copia del paper en PDF. Ahí la idea de lo irreversible y perenne me excede y entonces ni lo leo, saber que ese puñado de hojas me sobrevivirá me da chucho, lo dejo en su caja correspondiente y me pongo a organizar todo para intentar comenzar con uno nuevo.
Un martirio circular, a eso me someto.
Yo me tendría que relajar, peor sería si fuera una eminencia.
Después de todo tiene sus ventajas ser un pelagato.

2 comentarios:

Fender dijo...

¿Y un pelagato inédito? No le digo.

Bah, pero usted ya fue ambas cosas...

Lady Kelvin dijo...

Aguante los pelagato', aguante!