Si yo fuera mis amigas, hace rato que hubiera dejado de ser amiga mía.
Totalmente borrada ando. Fiaca, cómoda.
Creo que A. va a terminar teniendo razón, cuando me dice que esta falta de reciprocidad para con la perrada me va a dejar sola, y me psicopatea con el tema. Yo le pongo ejemplos de amiguísimos que jamás se reportan si no es él quién motiva el encuentro, y no por eso los quiere menos o los deja de lado. Él argumenta y contraataca con el tema distancia, que en mi caso no aplica porque se reduce a cuadras.
Hace pocos días, ellas, mis amigas, se encargaron de hacerme saber vía msn, que fueron a ver la película esa de Suar y Bertucceli y coincidieron en que soy fiel reflejo de la protagonista. Sin más detalles.
-¿En qué?, me pregunté entusiasmada. Y allá fui en busca de info.
Leí un poco sobre la peli en Internet, vi avances también.
Veo que la tienen clara, guarangas de mierda!.
Me tomaré mi tiempo para llamarlas, igual estoy tranquila, sigo siendo el alma de la fiesta y a quién el mozo invariablemente traerá la cuenta porque reconoce en mí el liderazgo (estamos todas de acuerdo que por mi pinta no deduce que sea yo la más pudiente y desprendida).
Mientras formalizo el retorno, las dejo que se sigan juntando y contentándose con los programas desteñidos esos que arman, carentes de mi angelada presencia.
Ya volveré con mis ñañas y llevaré a sus vidas, nuevamente, puro Rock and roll.
miércoles, 29 de octubre de 2008
martes, 28 de octubre de 2008
Odios pelotudos
Ah, y por último, esto no tiene que ver con nada pero lo dejo por escrito igual.
-Carmen Barbieri
-Osvaldo Laport
-Julieta Prandi
-Maximiliano Guerra
-Christian Castro
Despiertan lo peor de mi.
No se trata sólo de no bancármelos, va mas allá, hasta donde no se, pero lejos.
P/D: Creo que la lista es más larga, pero ya expliqué mi problemita, hasta para odiar soy desprolija.
-Carmen Barbieri
-Osvaldo Laport
-Julieta Prandi
-Maximiliano Guerra
-Christian Castro
Despiertan lo peor de mi.
No se trata sólo de no bancármelos, va mas allá, hasta donde no se, pero lejos.
P/D: Creo que la lista es más larga, pero ya expliqué mi problemita, hasta para odiar soy desprolija.
Post descolgado
Ella se crió en la monotonía. Cerrada en la vergüenza por la gordura. Ganándose amigos con dádivas. No era mala, algunos dicen que si, yo sinceramente no lo creo. Para mi era ignorante. Inepta para las relaciones sociales sanas y naturales. Envidiosa y alcahueta por formación. Y no sigo, pobre.
Pero a mi me quería, o al menos yo le era útil de alguna manera. Entonces, me invitaba a su casa y me obsequiaba cosas. Yo iba, porque nos divertíamos. Me gustaba ese papel de intrépida y osada que ella me daba. Éramos amigas, a esa edad en que uno se amolda y no siente que la empatía ideológica deba ser necesariamente completa.
Después crecimos y ya mis inquietudes no daban lugar al martirio de soportar a ella y su entorno, me comencé a alejar de a poco, me sentía mala por eso, entonces lo iba haciendo lentamente. Hasta que dejé de llamarla para su cumpleaños y ella para el mío. Hasta que no supimos más nada una de la otra.
Fueron años, muchos, sin sentarnos a hablar, en interesarnos en saber que era de nuestras vidas.
Pasó el tiempo, hice mi vida como me fue saliendo. Ella, me imagino, habrá hecho lo suyo.
Más acá en la historia. Un día me descubrí renovada por otra persona. Encontré un compañero para la vida. Un hombro para los días malos, un amigo que me hacía morir de la risa, un amor y un amante. Todo en uno. Feliz, felices. Casamiento y de inmediato, cuando nos empezábamos a amoldar a la novedad, un rayo fulminante.
Sus dolores, mi impotencia. Consultas, perplejidad, angustia, tomografías, quimioterapia, una operación, defensas bajas, más tristeza, más incertidumbre, todo negro, sin sol, más quimio, otra operación, y (por fin!!) un poco de luz, de a poquito, temerosos, más luz dije, se abrió el cielo, nos fuimos animando, sol pleno y acá estamos. Reajustando las emociones, con una sensación rara, entre respeto y temor a lo inesperado, al azar y a todas esas cosas a las que uno se aferra cuando no tiene un Dios. Yendo a los controles en puntas de pie, para no hacer ruido y despertar “el bicho”. Que ya esta muerto, nos dijeron, pero el julepe a uno se le graba en la médula y le transita como un escalofrío, de arriba abajo, cada seis meses a la hora de abrir ese sobre que carga el veredicto.
Y estaba yo una tarde de esas, de las de cielo negro sin un puto rayo de luz, con cara haciendo juego. Sala de espera, purgatorio digamos. Esperando minutos que parecían siglos y de pronto, ella. Me mira, la miro. Sigue igual, parece que tiene mil años, se mueve con recelo. Se acerca, nos saludamos y en el acto se da cuenta que estoy sentada frente a un consultorio que dice Oncólogo, y que hablo con la secretaria también, y después con el doctor, y que hablamos de él, de que se va a poner bien, me aseguran.
Entonces no puede evitarlo, se me arrima un poco más, pregunta y pregunta y yo me pongo el casete y cuento, resumido pero cuento, no queda otra. Ella hace un silencio, con cara compungida, mira el piso, reflexiona buscando las palabras correctas y me dice:
-Y bueno Lady, pero al menos te casaste.
Juro que en ese instante comprendí que lo más tormentoso no es lo que nos viene de arriba, implacable y fatal. Lo demoledor es ese lugar espantoso en el que algunos arrinconan su existencia, por decisión propia, por comodidad……. por cobardía. Y seguí con una terrible angustia por nosotros, si, pero mi tristeza quedó encogida a la sombra desolada que pintaron sus palabras.
Pero a mi me quería, o al menos yo le era útil de alguna manera. Entonces, me invitaba a su casa y me obsequiaba cosas. Yo iba, porque nos divertíamos. Me gustaba ese papel de intrépida y osada que ella me daba. Éramos amigas, a esa edad en que uno se amolda y no siente que la empatía ideológica deba ser necesariamente completa.
Después crecimos y ya mis inquietudes no daban lugar al martirio de soportar a ella y su entorno, me comencé a alejar de a poco, me sentía mala por eso, entonces lo iba haciendo lentamente. Hasta que dejé de llamarla para su cumpleaños y ella para el mío. Hasta que no supimos más nada una de la otra.
Fueron años, muchos, sin sentarnos a hablar, en interesarnos en saber que era de nuestras vidas.
Pasó el tiempo, hice mi vida como me fue saliendo. Ella, me imagino, habrá hecho lo suyo.
Más acá en la historia. Un día me descubrí renovada por otra persona. Encontré un compañero para la vida. Un hombro para los días malos, un amigo que me hacía morir de la risa, un amor y un amante. Todo en uno. Feliz, felices. Casamiento y de inmediato, cuando nos empezábamos a amoldar a la novedad, un rayo fulminante.
Sus dolores, mi impotencia. Consultas, perplejidad, angustia, tomografías, quimioterapia, una operación, defensas bajas, más tristeza, más incertidumbre, todo negro, sin sol, más quimio, otra operación, y (por fin!!) un poco de luz, de a poquito, temerosos, más luz dije, se abrió el cielo, nos fuimos animando, sol pleno y acá estamos. Reajustando las emociones, con una sensación rara, entre respeto y temor a lo inesperado, al azar y a todas esas cosas a las que uno se aferra cuando no tiene un Dios. Yendo a los controles en puntas de pie, para no hacer ruido y despertar “el bicho”. Que ya esta muerto, nos dijeron, pero el julepe a uno se le graba en la médula y le transita como un escalofrío, de arriba abajo, cada seis meses a la hora de abrir ese sobre que carga el veredicto.
Y estaba yo una tarde de esas, de las de cielo negro sin un puto rayo de luz, con cara haciendo juego. Sala de espera, purgatorio digamos. Esperando minutos que parecían siglos y de pronto, ella. Me mira, la miro. Sigue igual, parece que tiene mil años, se mueve con recelo. Se acerca, nos saludamos y en el acto se da cuenta que estoy sentada frente a un consultorio que dice Oncólogo, y que hablo con la secretaria también, y después con el doctor, y que hablamos de él, de que se va a poner bien, me aseguran.
Entonces no puede evitarlo, se me arrima un poco más, pregunta y pregunta y yo me pongo el casete y cuento, resumido pero cuento, no queda otra. Ella hace un silencio, con cara compungida, mira el piso, reflexiona buscando las palabras correctas y me dice:
-Y bueno Lady, pero al menos te casaste.
Juro que en ese instante comprendí que lo más tormentoso no es lo que nos viene de arriba, implacable y fatal. Lo demoledor es ese lugar espantoso en el que algunos arrinconan su existencia, por decisión propia, por comodidad……. por cobardía. Y seguí con una terrible angustia por nosotros, si, pero mi tristeza quedó encogida a la sombra desolada que pintaron sus palabras.
Los tres últimos
Si, es cierto…hace rato que nada por acá. Pero es que históricamente el último trimestre del año me maltrata. Todos los plazos caen como piezas de dominó, corro, me apuro y también me disipo en el camino, como no colgarme, sino no sería yo.
Salen los bichos, furiosos, calientes, eso ya lo conté alguna vez, y nosotros a su merced, como siempre gustosos, motivados, pero a su merced.
Mucho laburo decía, al que se suma más, porque + + = +, lógica que le dicen. Dejá, yo me entiendo, esta vez al menos.
Hay cosas con las que no llego, ya me entregué. No digo que no las he de concretar, no llego antes de fin de año, eso.
En el campo la humedad te liquida, los mosquitos te taladran y la puta planta esa a la que soy alérgica me tiene brotada, los brazos en llamas, me los rascaría con dos tenedores, pero no. Yo, fantástica por naturaleza, me la imagino cada primavera esperándome en el monte, para joderme la vida por joderle la vida a esos bichos. Vengadora, como la Némesis Paiva! Jua! Mirá de lo que me acordé.
Encima barrito patinoso, entonces botas, cerradas, media pierna, cada pata a 300 grados, a la sombra.
La resolana del viernes, tan cancherita yo, me dejó un bronceado Scania que es una delicia. Así rojitos, nada más que los brazos, ni siquiera brazos enteros, medio brazo, so sexy!.
Bueno, así está mi cabeza, miles de pequeños retazos y cada tanto un análisis profundo, bueh! más hondo, tampoco la pavada.
Pará, Stop. Releo. Che, suena a queja.
Te juro que no, mi humor está bien.
No se nota pero creeme, soy una mina con suerte.
Salen los bichos, furiosos, calientes, eso ya lo conté alguna vez, y nosotros a su merced, como siempre gustosos, motivados, pero a su merced.
Mucho laburo decía, al que se suma más, porque + + = +, lógica que le dicen. Dejá, yo me entiendo, esta vez al menos.
Hay cosas con las que no llego, ya me entregué. No digo que no las he de concretar, no llego antes de fin de año, eso.
En el campo la humedad te liquida, los mosquitos te taladran y la puta planta esa a la que soy alérgica me tiene brotada, los brazos en llamas, me los rascaría con dos tenedores, pero no. Yo, fantástica por naturaleza, me la imagino cada primavera esperándome en el monte, para joderme la vida por joderle la vida a esos bichos. Vengadora, como la Némesis Paiva! Jua! Mirá de lo que me acordé.
Encima barrito patinoso, entonces botas, cerradas, media pierna, cada pata a 300 grados, a la sombra.
La resolana del viernes, tan cancherita yo, me dejó un bronceado Scania que es una delicia. Así rojitos, nada más que los brazos, ni siquiera brazos enteros, medio brazo, so sexy!.
Bueno, así está mi cabeza, miles de pequeños retazos y cada tanto un análisis profundo, bueh! más hondo, tampoco la pavada.
Pará, Stop. Releo. Che, suena a queja.
Te juro que no, mi humor está bien.
No se nota pero creeme, soy una mina con suerte.
lunes, 20 de octubre de 2008
viernes, 17 de octubre de 2008
Fin, te lo pido por favor, fin!
-Y, de estos dos, cuál viene a ser el famoso?.
Lo dijo A. anoche, con cara de empachado, interrumpiendo por unos segundos su zapping autómata.
Creo que esa sencilla frase, aunque sea en boca de un detractor, presagia un final. Debería ser así, puta madre!
Encomiendo estas súplicas al gauchito y los siete enanitos.
Que se cumpla, que se cumpla, que se cumpla!
Lo dijo A. anoche, con cara de empachado, interrumpiendo por unos segundos su zapping autómata.
Creo que esa sencilla frase, aunque sea en boca de un detractor, presagia un final. Debería ser así, puta madre!
Encomiendo estas súplicas al gauchito y los siete enanitos.
Que se cumpla, que se cumpla, que se cumpla!
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