A la vieja le patina

Me señala el equipo y a mí, alternadamente, mientras dice “na, na, na” moviendo la cabeza y el dedito al mismo tiempo.
Ponemos música fuerte y ella me grita.: “Balá mamá”. Y yo acato, presurosa, me pongo a bailar mientras le hago caras.
Cuando llega la parte más pulenta, flexiono un poco más las piernas y empiezo a mover el culo, mientras sacudo la cabeza. Entonces ella se desarma de la risa, y me pide “ota vez”.
Podemos repetir esto como mil veces, y en cada ocasión se reirá con las mismas ganas de la primera. Durante todo el tiempo que dura esta rutina sé, efectivamente, que soy su ídola. Señores, no hay nadie que pueda hacerla reir más que mamucha y su perreo antediluviano.
Ojo! soy babosa pero no boluda. Se que en no más de 5 años, el solo pensar que alguien puede enterarse que tiene una madre así, la hará fantasear con encerrarme en la baulera esa que tenemos debajo de la escalera, al menos hasta que pueda irse a estudiar afuera.
Por ahora aprovecho. Me aprovecho, mejor dicho, de su amor inmaculado. Sospecho que no pasará mucho tiempo hasta que hable con otros niños y se entere que no, lamentablemente no, mamita no es normal.

Doña

A propósito de las clases del primer cuatrimestre y la posibilidad, prácticamente un hecho, de dictar otras durante el segundo. De esto de ser grande, pero no querer. De hacer todo lo posible por que no duela tanto crecer. Enredada con eso, decía. Viendo como ponerlo en un post para que se entienda, mi exacto estado de ánimo con respecto a lo que soy y lo que se espera de mí.
Bueno, no va que en medio de todas estas ideas inconexas, luchando por encontrar una continuidad lógica en dos o tres párrafos, me tomo un recreo y paseando por los mismos lugares de siempre me encuentro su post, éste, tan en sintonía, tan, tan…..que entiendo que ya no es necesario mi esfuerzo. Ella lo hace mejor, ella lo explica muy bien.
Eso, yo también quiero seguir dando clases con las All-Star y mis jean que me dan ese “ondón” tan yo, pero algo me dice que no. Hay otra Lady, un toque menos casual, que espera ansiosa esta metamorfosis. Yo me hago la que no la veo. Pero esta al acecho, te juro. Ya se calzó unas chatitas, mirá! se sacó los jeans. Es más, creo que tiene un peine en la mano, oh!........lo he demorado, tanto como pude, pero llega: este es el principio del fin. Estaré empezando a ser señora?.
No hay derecho! Ni modo….dijo el Chavo.

Pendientes fatales

Yo creo que lunes a la tarde, si todo anda bien, seré feliz. Inapropiado día para tamaña empresa. Las pretensiones de felicidad generalmente están afiliadas a los viernes, quizás un sábado. Pero el domingo y el lunes, tándem funesto si los hay, no tienen onda con la contentura. Bueno, al menos con mi contentura. Esta vez las entregas pendientes, un teórico interminable con varias formulillas que debo tener listo y digerido para mañana y la lucecita roja titilando furiosa, indican que no vamos a poder relajar. Este fin de semana no!.

No me muevo de lo que soy, no me muevo, aunque me corran a escobazos. Con la frente alta te lo digo, me planto así toda transparente y desprendida, totalmente franca y te lo pongo clarito, como es.
Porque la verdad me hace libre, y la libertad me enorgullece.
Porque lo del mejunje del montón no me cuadra, porque me lo repito una y mil veces lo que esta bien, bien! Y sino a otra cosa. No me mezclen, no me enreden, no me….
Toda así, 100% yo.
Tan yo, que me banco las consecuencias. Con media sonrisa y cruzando los dedos.
Tan yo, que me fortalezco con algunos temores. Que al final, ni tanto!
De esto se trata, cada día, todos los días, elegir caminos, andar y desandar tu huella, fiel a la escencia, hasta llegar a tu destino. No claudicando!

a su rancho!

Todos somos capaces de decir las cosas más crudamente, con menos paciencia y arañando la intolerancia Cualquiera de nosotros puede plantarse un día y vomitar lo que piensa sin ningún tipo de filtro ni respeto, ni siquiera por nosotros mismos, (principalmente por nosotros mismos).
Cualquiera se hace el del temple avasallante a expensas de la pasividad del entorno. No encuentro ninguna virtud en aquellos que se hacen llamar “gente de carácter” (¿?).
Algunos, payaso!, preferimos en cambio los códigos, el respeto a las opiniones y actitudes diferentes y la alegre decisión de tener una vida, toda entera nuestra, corriendo paralela y desentendida de estos asuntos.
Entonces, date cuenta de una vez por todas, que elegir los gritos y la prepotencia es, sin dudas el camino más corto. Y correte del centro, que soy luna de otro planeta, a ver si nos entendemos…… te lo pido por favor!!.